Trabajar por el buen desarrollo de los niños y adolescentes de nuestros municipios implica analizar sus necesidades y trabajar para garantizar el acceso en los recursos necesarios. Por eso, las administraciones locales han promovido Planos Locales de Infancia y Adolescencia, o Planes Locales de Juventud, amparados en la necesidad de planificar los recursos destinados a estos colectivos.
Todos estos instrumentos parten de la voluntad de hacer participar los mismos niños y jóvenes del proceso de reflexión y análisis, para diseñar mejor las propuestas y actuaciones. Esta perspectiva parte del reconocimiento del niño y el joven como sujetos de pleno derecho. Se trata de trabajar con y para los niños y los jóvenes.